La hipótesis de este blog, siempre ha sido que la experiencia gastronómica va más allá de la cocina, de los ingredientes y de las bebidas…. la comida es una expresión cultural, artística y social con un mensaje escondido entre los sabores.
Esta teoría la confirmo al viajar y experimentar fuera de México, ya que en México, yo soy parte de esa experiencia, en México, este conjunto de experiencias forman nuestro día a día. Hace unas semanas estuve en Alemania, y al tomar una cerveza en tarro y comer sus platillos tradicionales, reafirmé que un buen platillo enmarca y comunica la cultura.





Un letrero poco visible marca el lugar y una puerta te transporta a un pequeño comedor con algunas mesas. Algo me encanta de este tipo de lugares! La originalidad, la transparencia, la honestidad. Desde que entras, entiendes que nadie está ahí por la moda, por ser un lugar nuevo, por ser un lugar alternativo o por que haya salido en algún programa de televisión. Nadie conoce el nombre del chef, ni se toma selfies en la puerta. Es un lugar que se ocupa de lo suyo… servir buena comida. Una especie de fonda vietnamita en el estado de Washington.






